La pandemia del COVID_19 ha acelerado la implantación del trabajo desde casa a muchas personas que antes ni siquiera lo tenían entre sus planes.
Dependiendo de si viene a sustituir o completar el trabajo presencial o las diferentes herramientas usadas, podemos llamar a esta forma de trabajo de diversas maneras ya que trabajar desde casa no es siempre teletrabajo.
Teletrabajo
Teletrabajo es una forma de trabajar completamente autónoma, generalmente dando servicio a un tercero y solo comunicando con la empresa para estar en contacto. La vinculación con la empresa es mínima ya que existe una relación cliente / proveedor que afecta solo al fondo y no a la forma. Es una forma, para la empresa, de externalizar tareas. En este escenario, la empresa no tiene que aplicar medidas adicionales de seguridad distintas a las que puede tener con una empresa proveedora más.
Trabajo remoto
Cuando el trabajo se realiza desde casa para complementar o sustituir el trabajo presencial en oficina, entonces estamos hablando de trabajo remoto.
El vinculo con la empresa es de empleador / empleado. En este caso, que ha sido y es el más habitual durante la pandemia, el empleado realiza su trabajo desde casa, o desde cualquier otra ubicación, pero en unas circunstancias que deberían ser lo más parecido a estar en su puesto físico dentro de las instalaciones de la empresa y entre esas circunstancias está la seguridad de los datos o ciberseguridad que vemos más adelante.
Esta modalidad se supone que es una solución temporal a un problema, sirve de ayuda para la conciliación y, llevada al extremo, un ahorro para la empresa en infraestructura, pero no tanto en recursos, ya que deberá proveer a sus empleados de las herramientas necesarias para realizar su trabajo.
Trabajo colaborativo
Por último, existe una modalidad de teletrabajo colaborativo en el que se mezclan conceptos del coworking, técnicas agile y otras, donde se realiza trabajo en equipo formado por colaboradores nómadas, sin oficina.
En esta modalidad la relación trabajador / empresa solo se circunscribe a la propia tarea a realizar ya que no hay empleador, si no un gestor de recursos (un jefe de proyecto) que reparte tareas con unas fechas y el equipo trabaja en colaboración para cumplir objetivos. No hay horarios y se basa todo en la tecnología que es la que habilita la flexibilidad en el tiempo (cuando) y en el espacio (desde donde). La empresa tampoco en este escenario tiene que aplicar medidas adicionales de seguridad aparte de las propias de confidencialidad.
Centrándonos en el trabajo remoto podemos encontrar algunas ventajas:
El trabajador remoto deberá tomar también una serie de medidas para evitar accesos no deseados a los datos de la empresa, igual que si está en su puesto en la oficina. Ambos, empresa y empleados, deben mantener las mismas medidas de seguridad que ya tuvieran implantadas.
La diferencia es que el puesto de trabajo ya no está en un ambiente controlado y para ello, aparte de herramientas de seguridad y conectividad, habrá que añadir otro tipo de medidas como evitar el uso compartido del equipo por otros miembros de la familia u otras circunstancias parecidas.
En el caso de utilizar equipos informáticos personales, distintos de los utilizados habitualmente, habría que añadir alguna capa adicional de seguridad para confirmar siempre que quien lo usa es quien puede acceder a los recursos, para ello hay pocas herramientas fiables y es por eso por lo que se desaconseja ya que queda en el aire quien es responsable de la seguridad de dicho aparato y puede comprometer o convertirse en una brecha de seguridad.
Para el caso recomendado de usar equipos informáticos propios de la empresa, las herramientas de seguridad son muy variadas y, dependiendo de las necesidades, serán simplemente lugares comunes para guardar datos, tipo OneDrive, Google Drive u otro tipo de almacenamiento compartido, a accesos VPN a los recursos de red de la empresa para simular en lo posible el entorno de la oficina en casa, sin olvidarnos del cuidado especial sobre quien usa dicho equipo.
Resumen
La seguridad del puesto de trabajo en remoto tiene que ser equivalente a un puesto de trabajo en la oficina, pero añadiendo variables de entorno de diversa naturaleza que tanto la empresa como el empleado debe tener en cuenta y prever para conseguir mitigar los posibles riesgos.
